Caciquismo en tiempos de prosa

No estamos para muchos versos. Es cosa del destino que por motivos familiares coincida en Xàtiva en plena campaña electoral local y autonómica. Hace unos días fueron las nacionales en UK y estoy viviendo las notables diferencias entre unas elecciones a la londinense y otras a la setabense. La contaminación a nivel de propaganda es lo primero que uno puede notar. El asunto de la corrupción atribuida a Alfonso Rus y a toda su banda ocupa portadas, titulares de informativos y comentarios en el dentista. Los ingleses, más discretos, a penas empapelaban, llenaban de globos, y contaminaban las calles. Aquí, la política vista de cerca no solo es más folclórica sino que también nos salpica con el clientelismo político del que algunos líderes locales hacen uso valiéndose de su poder o influencia.

Rustits«Al Rus», como se dice aquí al señor alcalde, lo recuerdo en su primera candidatura hace más de 20 años. Formaba partido con AIX (Agrupación Independiente de Xàtiva) y uno de sus bolígrafos de merchandising electoral cayó en mis manos. Alfonso buscó soporte en figuras carismáticas del pueblo y su estrategia para ser alcalde le ha conducido a un indudable éxito político que se ha prolongado por sus 20 años de polémico gobierno local.

A la gente le hacía gracia el enano, porque es bajito, e incluso hacían bromas cuando conducía su famoso Ferrari porque a penas se le asomaba un poco de la frente por encima del volante. Muchos le odiaban porque era un fanfarrón, pero muchos se convencieron pronto porque en su gestión si algo brilló siempre fue la amistad y el «enchufe».

Los enchufes del Ayuntamiento de Xàtiva empezaron a repartirse y cuando ya no quedaba ninguno libre se compraron alargadores trifásicos: empresas municipales como pabellones deportivos, residencias de ancianos, y otras empresas servían para que quienes eran propicios al partido entrasen a trabajar.

Xàtiva es la culpable de todo esto y que Alfonso haya gobernado todo este tiempo no es culpa de Rajoy, ni del desgastado PSPV. Personalmente tengo bastantes conocidos que trabajan en el Ayuntamiento porque está «el Rus» y nunca voy a olvidar al que fue mi profesor en el colegio Ramón Vila, que durante una clase nos trató de convencer sobre las bondades del PP cuando tan sólo teníamos 14 años.

Yo también trabajé para el Ayuntamiento cobrando 20.000 pesetas al mes por hacer de monitor deportivo en la Escola d’estiu. Ese sueldo miserioso era lo único que teníamos, pero era una buena puerta de entrada para otros trabajos (si eras capaz de demostrar tu apoyo al Partido. Para mamar de la teta del Rus había que ser un sumiso pelotero. El jefe de la «Escola de Estiu» sería seguramente otro enchufado del Partido y también nos hablaba de que teníamos que votar al Rus, que él administraba muy bien. Lo más repugnante que le oí decir no era eso, sino el afirmar que la mujer del alcalde estaba buena… Señores que me leen y no la conocen, les aseguro que hay cuadros de Sorolla con menos pintura que ella.

Sólo se ha visto la cara del Rus en el míting final. Escondido hasta el último día.

Sólo se ha visto la cara del Rus en el míting final. Escondido hasta el último día.

Alfonso sabe hacer callar y puede amenazar a alguien con la jerigonza del pueblo, el analfabetismo del pueblo se siente identificado con él y la imagen de tonto que gobierna le sirve de piel de cordero con la cual esconder sus verdaderas intenciones.

El caciquismo de Alfonso le ha obligado a colocar por arriba, por abajo, y por la Obra, y no me refiero a la de la construcción. Pero uno de los enchufes le está chisporroteando y hay riesgo de descarga. Que sea cierto o no que el Rus cuenta miles de Euros sentado en un coche con una vaca mugiendo cerca es cuestionable. Lo que es indudable es que en Xàtiva todos pensamos que vivimos en un régimen partidista donde «las buenas familias» de Xàtiva le han perdonado su origen humilde al Rus para darle la batuta de mando.

La pijocracia que gobierna Xàtiva está engordada por aquellos hijos de abogados que no servían para nada y que tras dejar su carrera en el primer año han buscado cobijo bajo el ala de la gaviota del PP. Con el polo por uniforme se dividen entre el equipo Lacoste y el Ralph Lauren, entre los que se unen a la política por dinero y los que se unen por ineptitud laboral.

Pero esto, insisto, es culpa solamente de los ciudadanos de Xàtiva, los que se han quedado con lo cosmético, lo exterior, y que esperan que la lotería del Rus también les dé trabajo, una camiseta, y unos zapatos.

Tras las elecciones quizás vuelva a ganar Alfonso, quizás salga incorruptible como Camps de todo juicio, y quizás hasta los xativins encuentren esa teta que les tiene que dar de mamar. Amén.

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