La belleza no sólo está en tu cabeza

Cuando coges un bebé en brazos y le miras no le dices «qué inteligente eres» o «qué poderosa serás». La belleza no sólo está en tu cabeza, sino también muchas otras partes de tu persona. La belleza es parte de la aceptación social, es el iniciador de nuestro éxito y es la llave que abre muchas puertas pero cierra muy pocas.

Hace unos meses nació la primera hija de unos de mis mejores amigos. Pelirroja, de ojos azules y cara de traviesa, es una bebé muy guapa. Así es que cada vez que alguien la coge en su regazo dice «¡ay qué bonita es!». Y así, desde su nacimiento oirá cómo es valorada por su bonita cara.

Robert Barber - La belleza no está sólo en tu cabeza

Los bebés nacen sin el concepto de sexualidad, pero con el tiempo empezarán a desarrollarse como adultos y sus cuerpos definirán atributos visibles como su cintura, el ancho de su espalda, etc. Y por supuesto los más genitales como sus pechos, penes, culos, etc. Es entonces cuando la sexualización realmente comienza y es ahí cuando afloran los complejos que marcarán el resto de nuestras vidas.

La belleza ya no sólo está en tu cabeza, también en tu cuerpo. Las mejores tetas pueden producir deseo ajeno, vergüenza propia y recelo entre protectores padres. A los chicos también nos puede pasar, aunque menos intensamente que a las mujeres, con aquello de la dimensión del falo pero también sobre la definición de nuestros músculos.

Pero, un momento, volvamos al bebé. Cuando sujetas a un bebé no le estás resaltando sus valores de personalidad, sino sus primeros atributos físicos. Quizá ella o él no te entiendan, pero ya les estás diciendo cosas positivas sobre su aspecto físico.

Sería absurdo decirle a un bebé «mira que eres inteligente», cuando a penas puede contener ese esfinter cada pocas horas, ¿pero y si en lugar de resaltar sus valores físicos o no físicos le indicamos nuestra aceptación? ¿Por qué insistimos en darle nuestro aprobado si lo que queremos en el fondo es que se sientan queridos? ¿Por qué no les mostramos nuestra empatía para que aprendan de ella?

La belleza está también en las palabras, en escoger las adecuadas y en saber transmitirlas. No hay nada más bello que la autoaceptación. Aprender a quererse con las dimensiones y atributos que la genética nos ha dado. De esta manera seremos abiertos (que no condescendientes) con la belleza de los demás.

Evolutivamente los más fuertes, los más genéticamente adaptados, los más fértiles, son los más deseados. Pero desde que tenemos control social de nuestra evolución y estamos dejando de ser meros animales reproductivos, nuestra mente es poderosa. No hay mayor belleza que la autoconfianza, que la liberación de complejos y que el sentirse a gusto en tu propia piel.

Para mi fue muy liberador, hace unos años, el hecho de desnudarme en una playa por primera vez. Al principio me costó. Con la ropa fuera, con todo expuesto, da lo mismo un michelín, una estría, unas tetas caídas o un pene así o asá.

La belleza no está solo en tu cabeza, pero está en aceptarse a uno mismo y en facilitar a los demás que lo hagan. Las diferencias no nos hacen más feos, ni más guapos, nos hacen más felices, si somos capaces de verlas.

[tres de diciembre de dos mil veinte]

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