Pequeño Nicolás, grande megalomanía

Lo que no te han dicho, lo que nunca te dirán, del pequeño Nicolás es que agente secreto, o enfermo mental, no es alguien «pequeño», sino joven. Megalomanía :: La mirada bizca Con su recién mayoría de edad ha conseguido demostrar la adolescencia compartida por aquellos que piensan que el poder los hace poderosos y no vulnerables. Decía Gustavo, parafraseando a Peter Parker,que un gran poder comporta una gran responsabilidad. Viendo quienes salen junto a Nicolás en las fotos, qué lástima que los anticonceptivos llegaran décadas más tarde. La horda de idiotas que salen en la foto junto al posible megalómano, es considerable.


Realmente desconozco si la situación de Nicolás ha provocado lástima, indignación, mofa o incredulidad. Sin duda Twitter es una mala fuente de información al respecto, pues si buscamos información encontraremos sobretodo memes, comentarios jocosos, y descrédito hacia los políticos que salen con él en las fotos.

Os quiero hablar del tío Paco, el hermano mayor de mi padre. Paco era el mayor de una familia de cinco hermanos, hijo de un comandante republicano y una profesora de piano. En el seno de una familia burguesa, azotada por una guerra imbécil, tuvo la desdicha de haber nacido en el lado de los perdedores. La posguerra les dejó en herencia una pésima situación económica y una total indefensión ante su «particular » forma de ver la vida.

Paco creció siendo diferente, pero en la recta final de su existencia, cuando yo lo conocí, era tratado de loco. En una población de a penas 20 o 30 mil habitantes sus excentricidades eran motivo de burla y de cariño por dosis iguales. Capaz de vestirse con las ropas que algún malintencionado le dijo que eran suyas, se presentó en un acto militar diciendo ser un general. Tardaron horas en averiguar que aquél hombre era un impostor. Este juego para él era su su realidad.

Años después de este incidente, llevándome al colegio de preescolar, mi tío Paco respondía a todas mis preguntas de niño curioso. Me dijo que era agente secreto, que conocía al Rey, también me aconsejaba que fuera bueno y que algún día me enseñaría sus artilugios de espía. Yo, con a penas cuatro años, me lo creí.

No quiero entonar nada malo sobre los hermanos de mi padre, pero sí dejar claro que mi madre (su cuñada) y mi padre, se portaron con él excepcionalmente. Recuerdo cómo le compraban bolsas de comida, le llenaban fiambreras, o le suministraban butano. A la muerte de mi iaia Nieves fue difícil cuidar de un hombre soltero de avanzada edad.

Paco vivió hasta el año 2001 y buscando maneras de poder cuidar de él con cierta dignidad, encontramos un diagnóstico a su enfermedad. Diagnosticado con el «padece de los nervios», estuvo desprotegido durante toda su vida de un nombre para su enfermedad: delirios de grandeza, o megalomanía.El-pequeño-Nicolás-en-Le-Figaro

Su vida se basó en burlas y un desprecio de desconocidos y en su propia familia. Paco, como Nicolás, luchaban contra una enfermedad que les viste de mentirosos y les desnuda como tramposos. ¿Cuál es la diferencia entre Paco, Nicolás y los que salen en la foto? Quiénes se creen la mentira. De los dos primeros se las creen ellos mismos, de los otros se las hacen creer a los demás.

Las últimas noticias apuntan a que el joven Nicolás pudo haber delinquido, ya le están encontrando cargos y quizás pronto veamos quién se escurre las culpas detrás del chivo expiatorio. Megalómano y genio Nicolás nos ha hecho un «zas en toda la boca».

¿No te da envidia lo que ha sido capaz de hacer este muchacho desde sus 14 años hasta hoy? A mi sí.

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