Año dos: los pecados
Llegué aquél día con la sonrisa algo tonta y mi compañera de trabajo me miraba de forma inquisidora. Cuando finalmente me interrogó qué me pasaba, me apresuré a preguntarle si es que hacía mala cara o qué. Su definición de cutis-de-haber-follado-bien me caló hondo. Yo no sospechaba que los cuatro polvos de la noche anterior, y
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