Me cago en los baños exclusivos para clientes
No me digas que nunca te ha pasado eso de que, de repente, tienes unas ganas increíbles de mear, o hacer un número dos, y te ves en medio de la calle sin más remedio que entrar en un bar a «pedirte algo» para poder usar el baño. Pues yo no sé tú, pero yo me cago en eso.